domingo, 29 de junio de 2008

Primeras Impresiones de Bangkok



Ya repuestos del viaje (10 horas de diferencia pueden alterar bastante el ánimo) y del shock inicial que significo para nosotros pasar de Latinoamérica a una de las capitales más importantes del sudeste asiático, creo estar en condiciones de compartir con ustedes mis primeras impresiones de Bangkok. Impresiones que de seguro irán variando con el paso de las semanas, pero que nos van a servir como ayuda memoria cuando recordemos estos primeros días en Tailandia.
Habitada por más de cinco millones de personas, Bangkok pretende disputar con su crecimiento económico y social el rol de capital del sudeste asiático a ciudades como Hong Kong o Singapur. Si hay algo que impresiona de esta ciudad son sus contrastes. A lo más avanzado del capitalismo oriental, rascacielos, shoppings de varias manzanas que concentran a las principales marcas del mundo, Sky train, sky walk, autos de lujo, hoteles de lujo, consumo, mucho consumo…; se contrapone un caos al mejor estilo latinoamericano de las capitales de la región andina, caos de tráfico, caos de gente, mercados de dimensiones exorbitantes donde todo se compra o se vende (desde imágenes de buda antiguas hasta un cachorro siberiano, pasando por cualquier pilcha que se pretenda conseguir), venta de comida y porquerías en todas las avenidas, olores fuertes, manifestaciones políticas, ruidos y mucho quilombo.
A esta combinación de por si divertida, hay que agregarle otros dos factores que hacen de esta ciudad algo todavía más apasionante e impresionante para el recién llegado: el budismo y la monarquía. La ciudad concentra impresionantes templos budistas que el visitante no puede dejar de disfrutar. La otra impronta del budismo son las pagodas diseminadas a lo largo y ancho de la ciudad, así como millones de altares adornados con flores y sahumerios que se encuentra en casi todos los edificios, shoppings, hoteles u oficinas. Los monjes con sus atuendos naranjas circulando por la ciudad también le imponen a Bangkok un toque particular.
La devoción por la monarquía local también es algo que impresiona, gigantografías del Rey y la leyenda “Larga vida al Rey” se distribuyen por toda la ciudad, al igual que fotografías y posters con su imagen en casi todos los comercios o casa de la ciudad. Muchos tailandeses usan como vestimenta una remera amarilla de cuello con el escudo real bordado.
Me despido por el momento, con el compromiso de seguir compartiendo las impresiones que durante las últimas semanas nos depare esta ciudad. Beso a todos!!!
JPT